Por Salvador Aragonés España se encuentra cada vez más al borde de un ataque de nervios y al borde de un precipicio ético. España y Catalunya. Ahora vienen tres elecciones: las catalanas, las vascas y las europeas. Y no pocos electores están desorientados completamente. Volverán las promesas electorales, promesas que se quedarán en saco roto una vez acabadas las elecciones. Se dirá que gracias a los pactos, lo que dije digo, digo Diego. Después de lo que hemos visto y oído, quién se creerá las promesas. Es una pena muy grande que la política, las promesas políticas, hayan perdido la credibilidad que sí tenía hace años. Y no es que se hayan desviado de la coherencia, sino que se hace todo lo contrario de lo que se había prometido. El poder no lo vale todo, ni mucho menos. Un poder sin ética es un poder corrupto o corrompido, y no es una democracia. Es caso de Rusia. ¿Por qué ganó Vladimir Putin? Porque eliminó a quien podía hacerle la más mínima sombra. Recuerdo ahora al gen
El sector agrario vive, cada vez más, colgado de normas, normativas, que vienen de Bruselas y de los gobiernos centrales o autonómicos. Es lo que se llama papeleo, que lo gestiona una gran burocracia, que en lenguaje castizo le llaman “burrocracia”, porque no pocas veces o no sirve de nada y sólo hacen perder el tiempo, o retrasa las decisiones administrativas . Esto se debe a que hay demasiados funcionarios que... hay que darles trabajo. No quiero entrar en demagogias o exageraciones, pero hoy piden a los agricultores papeles por aquí, papeles por allá, por cada cultivo y llevar el llamado Cuaderno Digital, donde se anota todo, cada cultivo, cada cambio de cultivo, si se poda o no se poda, si se riega y si se utilizan fertilizantes y cuáles, etc. La PAC también es demasiado complicada para obtener ayudas. Total, que los agricultores viven ahogados por el papeleo, al que tienen que dedicar, en algunos casos, hasta una hora diaria. Y esto con explotaciones pequeñas como las nuestras